Crear un buen ambiente de trabajo no solo es fácil, sino que también fundamental si ocupas puestos de dirección.
Si las personas de tu área están abatidas, malhumoradas o bajas de moral, se nota.
Se nota en su trabajo, en la forma en que tratan a los clientes y compañeros.
La forma en que se relacionan entre sí y, lo que es más importante, en la forma en que trabajan contigo y para ti.
No cuesta nada decir buenos días y decirlo en serio, de verdad.
No es una tarea asegurarse de que todos tengan un café o un té para una reunión.
Se tarda un segundo en preguntar: ¿Cómo estás hoy?
Las tres reglas básicas en cualquier lugar de trabajo debieran ser: cordialidad, amabilidad y generosidad.
Todos hemos conocido a jefes que gritan y son beligerantes, pero, como los dinosaurios son una especie en extinción.
Las personas se comprometen más cuando se les trata con respeto, con un comportamiento civilizado y con dignidad.
Si como dirección de área no les das estas cosas, no deberías estar en ese puesto.
Crear un buen ambiente es fácil.
Viene de arriba hacia abajo.
Es tu trabajo y tu responsabilidad ser alegre, considerada y servicial.
Tu equipo es lo mejor y lo más importante que tienes. Sin ellos no eres nada y con ellos sois un equipo.
Interésate genuinamente por ellos y por sus vidas.
Y si no tienes tiempo, te organizas mejor.
“Cortesía” es una palabra antigua, pero su aplicación práctica es muy buena para hacer que las montañas se muevan, las puertas se abran y que tu equipo se comprometa.
#DirectivaDestacada “cortés”.
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