Rondarte con todos esos pensamientos come cocos que te inquietan.
Que no te permiten tomar la decisión final, por inseguridad, por miedo o simplemente por suposiciones mentales que ni siquiera sabes si sucederán.
Tu mente está rumiando.
Dándole vueltas a la situación, un pensamiento, otro, un sueño, otro.
Ahora sí, ahora no.
Una constante dubitativa.
Locura mental y emocional.
No tomar decisiones, es síntoma de inquietud, de mal estar y de incertidumbre.
Por el contrario, decidir es tomar responsabilidad y avanzar.
Comenzar a dar pasos hacia el lugar donde quieres llegar.
En realidad, una vez tomada la decisión todo se clarifica, todo fluye, todo se mueve hacia lo que querías.
Y empiezas a relajarte, a ilusionarte, a sonreír.
Si esto es así, ¿para qué te comes con la cabeza?
No pienses tanto y haz.
Haz cosas que te ayuden a alcanzar tus metas, a salir de esa situación laboral agobiante en la que estás.
Como dicen en Pamplona: “coge al toro por los cuernos”.
Si el cambiar de trabajo te ronda la cabeza: GAME OVER.
Empléate con sentido te puede impulsar.
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