Cada día es más necesario gestionar los conflictos internos que la actividad diaria genera en las organizaciones.
Fortalecer las relaciones internas, disminuir las tensiones y desarrollar liderazgos tractores de reducción de ambientes tóxicos son los nutrientes que los entornos de trabajo necesitan.
Lo contrario son madejas enredadas.
Sin darnos cuenta, la fuerza del equipo se desgasta.
Aparecen resistencias al cambio y el crecimiento y la consecución de objetivos es más lenta o no llega.
Al mismo tiempo que genera estrés y debilita el bienestar con lo que eso conlleva en el desempeño, la actitud y compromiso.
Un curso de gestión de conflictos no es suficiente si no se actúa sobre el entorno de trabajo.
Lo realmente transformador es crear espacios donde poder hablar de las situaciones, provocar conversaciones valientes y construir juntos nuevos escenarios sin conflicto.
En resumen, hablar sobre temas importantes es crucial para el entendimiento y el crecimiento empresarial y profesional.
A veces, enfrentar conversaciones difíciles puede ser incómodo, pero es necesario para mantener relaciones saludables y comprender mejor el entorno que nos rodea.
Atreverse es puro liderazgo directivo.
Así lo trabajo en mis clientes.
Deja una respuesta