¿Eres de los que dejan todo para el último momento?
¿Te cuesta empezar o terminar las tareas que tienes pendientes?
¿Te distraes fácilmente con otras cosas que no son prioritarias?
Si has respondido que sí a alguna de estas preguntas, es probable que sufras de procrastinación.
La procrastinación es el enemigo número uno de una Dirección Destacada, ya que va a impedir el aprovechamiento al máximo del tiempo, la energía y el potencial profesional.
En este post, te voy a explicar qué es la procrastinación, por qué se produce y cómo puedes combatirla con algunos consejos prácticos.
La procrastinación se define como la tendencia a aplazar o evitar las actividades que se deben realizar, sustituyéndolas por otras más placenteras o menos exigentes.
No debemos confundirlo con la pereza, porque lo normal es estar ocupado, pero no con lo que se debería.
Tampoco es lo mismo que la falta de tiempo, ya que el problema no es la cantidad de horas disponibles, sino la forma de gestionarlas.
Que posibles causas pueden llevar a un profesional a procrastinar:
– El miedo al fracaso, al rechazo o a la crítica, que genera ansiedad y bloqueo.
– La falta de motivación, de interés o de sentido por la tarea, que reduce el compromiso y el esfuerzo.
– La baja autoestima, la inseguridad o la perfección, que dificultan la confianza y la satisfacción.
– La falta de organización, de planificación o de objetivos, que provocan confusión y desorden.
– La distracción, la impulsividad o la dependencia, que interfieren en la concentración y la voluntad.
La procrastinación tiene efectos negativos tanto a nivel personal como profesional, como, por ejemplo:
– Pérdida de tiempo y de oportunidades.
– Estrés, frustración y culpa, que afectan al bienestar y a la salud emocional.
– Errores, retrasos y conflictos, que reducen la calidad del trabajo y la relación con los demás.
– Pérdida de credibilidad y de confianza, que dañan la imagen y la reputación profesional.
Para evitar la procrastinación, es necesario cambiar la actitud y el comportamiento frente a las tareas que se deben realizar.
Avanzar en el camino para conseguir ser un directivo o directiva destacado dentro de la organización hay que dejar de procrastinar.
Aquí algunas estrategias:
– Identifica y elimina las fuentes de distracción, como el teléfono, el correo, las redes sociales, etc.
– Establécete objetivos claros, que te orienten y te motiven.
– “Lonchea” las tareas grandes o complejas en hitos más pequeñas o sencillas, que te faciliten el inicio y el avance.
– Prioriza las tareas según su importancia y su urgencia, y realiza primero las más difíciles o desagradables, que te generen más resistencia.
– Establece plazos y horarios para cada tarea, y cumplirlos con disciplina y responsabilidad, sin dejar margen para la excusa o la postergación.
– Recompénsate por cada tarea completada, con algo que te guste o te haga sentir bien, que te refuerce y te anime a seguir.
– Buscar apoyo o ayuda cuando lo necesites, ya sea de un compañero, de un superior o de un profesional, que te asesore y te acompañe.
La procrastinación es un hábito que se puede modificar con voluntad, constancia y paciencia.
No se trata de ser perfecto, sino de ser eficaz.
No se trata de hacerlo todo, sino de hacer lo que se debe.
No se trata de trabajar más, sino de trabajar mejor.
Recuerda que el tiempo es un recurso limitado y valioso, que no se puede recuperar ni desperdiciar.
Por eso, no lo dejes para mañana, hazlo hoy. Tu éxito profesional depende de ello.
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