Tres veces en la misma semana ha salido a colación este concepto, la transformación comienza desde el interior. Resonancia que me ha incitado a escribir un artículo sobre ello.
Permíteme que te sitúe brevemente en el contexto de cada situación donde lo he vivido antes de pasar a contarte cual es mi opinión.
La primera: jornada Efecto multiplicador en CEN.
La Confederación de Empresarios de Navarra (CEN) había programado esta jornada en el marco del seguimiento del proyecto “La competitividad de las empresas a través de las personas (3ª Edición).
Iniciativa que persigue la transformación interna del tejido empresarial navarro hacia una nueva cultura de empresa, basada en el desarrollo de las personas, potenciando aspectos como la gestión del talento, la innovación y, en consecuencia, una mayor productividad.
Pues bien, el objetivo de la jornada fue compartir las experiencias y resultados obtenidos entre los representantes de la dirección de las empresas participantes.
Los facilitadores de los proyecto en las empresas, en los cuales me encuentro, y los miembros del Comité de Coordinación del proyecto de CEN estuvimos también allí.
En este ambiente, la apertura de la reunión la realizó el presidente de CEN, José Antonio Sarría.
«Hoy ya nadie duda de la importancia de que las empresas trabajen su responsabilidad social, su impacto ambiental o su proyección externa».
Sin embargo, «no debemos dejar de tener en cuenta que las empresas también deben transformarse internamente», hacia modelos de mayor colaboración, de forma que empresa y trabajadores «remen juntos».
“Las empresas están más acostumbradas a poner el foco en el exterior, pero es desde el interior donde se produce la verdadera transformación. Y de ahí, hacia el exterior”.
La segunda: intervención de un Director de Gestión de Personas de una de las empresas participantes en esta reunión en CEN.
Este director expresó con toda claridad como su visión de la Gestión de Personas en la empresa había cambiando tras estar en proceso de reflexión y cambio interno propio.
Su momento vital, le había hecho comprender la importancia de las personas en la empresa. Transcender de la administración de personal y las Relaciones Laborales.
Potenciar la escucha activa y la participación de los trabajadores estaba siendo un éxito en el proceso de cambio que estaban viviendo.
“El momento de cambio en mi mismo en el que estoy, me ha hecho cambiar la forma de afrontar la Gestión de las Personas en mi puesto de trabajo”.
La tercera: apareció cuando estaba facilitando el training de Gestión de Cambio en ISS Pamplona.
En el marco del desarrollo de los mandos intermedios de ISS, la sesión de esta semana estaba enfocada a cómo afrontar los cambios que se producen dentro de la organización y cómo contribuir de forma positiva hacia él.
Durante la sesión una de las preguntas fue: “¿Cómo es posible que tus colaboradores cuando les dices que tienen que hacer 6 cosas, 5 de ellas hacen y una se resisten? Curiosamente siempre es la que yo no estoy convencido”.
Pues bien, en el cierre de la sesión cada persona comenta que se lleva del día. En este caso uno de los asistentes manifestó lo siguiente:
“Ahora veo el cambio como algo natural y constante. Me he dado cuenta que la forma de afrontarlo en positivo, exclusivamente depende de mi. Cuando yo vea sus beneficios y los acepte, seré capaz de trasmitirlo y guiarlo entre mis colaboradores”.
Moraleja.
Estas tres situaciones podrán pillarte más alejado o más cercano a ellas. Para mi, verdades como puños todas ellas. Realidades totalmente distintas con un fondo común.
En pocas palabras.
Ni la empresa ni las personas pueden estar en equilibrio y obtener lo mejor de sí mismos si no conocen y fortalecen su interior.
La coherencia que se transmite al exterior, clientes, competencia, entorno social, gestión del desarrollo personas, liderazgo, colaboradores emana sin lugar a dudas desde el interior. El éxito externo depende del interno.
Por eso y con rotundidad afirmo que, a ti profesional, el valor que te diferencia está en ti mismo.
A ti profesional de Gestión de Personas.
Cuando en tu interior seas capaz de ver la potencia que posees y el valor que puedes aportar, primero como persona y luego como profesional, conseguirás que tanto tu, como tu profesión seáis reconocidos.
Si esto es así, estarás preparado y saldrás del segundo plano a la primera línea ejecutiva. Del aburrimiento de lo administrativo y de los conflictos a cultivar un campo de valor para ti, para tu profesión y para tu empresa.
Y a ti empresa.
Cuando la dirección acepte que el auténtico valor diferencial reside en cada una de las personas que componen la empresa, el éxito será perdurable hoy y en el futuro.
Sí, sí, la clave está en las personas, porque los productos se copian y la tecnología, se compra.
A conclusiones.
Si eres un profesional que quiere mantenerse en el mercado laboral ya puedes hacerte un regalo, párate a pensar en ti mismo y adáptate a lo mejor de ti. Después, mantente atento a lo que está pasando con tu profesión.
Si eres un dirigente de empresa, párate a pensar dónde está el valor diferencial de tu empresa desde esta perspectiva y valora donde se está jugando el beneficio.
No puedo terminar sin hacer un llamamiento a mis colegas de profesión la Gestión y el Desarrollo de Personas. Si realmente quieres dar que la versión personas esté integrada en el centro del negocio plantéate que estas haciendo tu para que eso ocurra.
En este artículo te he contado la situación real de un colega nuestro en la segunda vez que escuché la frase y no me voy a quedar ahí, porque a mí también me pasó. Lo puedes ver aquí.
No es una tontería no. Es la realidad.
Si me permites un consejo, mide tu aportación de valor y la aportación de valor de tus empleados y desarróllalo. Los nuevos tiempos no te van a dar tregua.
Si no sabes como hacerlo, te lo cuento.
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