El liderazgo de la cadena de mando en una empresa industrial es como Villarriba y Villabajo de Fairy.
Los mandos de fábrica son Villabajo y el resto de mandos son Villarriba.
Habitualmente los primeros surgen de promociones internas de personas que han trabajado como operadores en fábrica.
A estás, les surgen dicotomías como, “antes eran compañeros y ahora soy su jefe”, o, “nosotros estamos con los operarios y vosotros, por sus jefes, en la oficina”.
En definitiva, se sienten entre dos aguas.
Por un lado, tienen que asimilar que son “jefes” de sus compañeros y por tanto relacionarse con ellos de forma diferente a la habitual.
Por otro lado, entender su rol como responsable de una zona comprendiendo que son parte del equipo de gestión de la fábrica junto con sus responsables.
Esta situación es así, siempre.
La empresa quiere y necesita que “sean más empresa” y ellos están “luchando” consigo mismos entre esas aguas.
Un reto con el que hay que lidiar.
Por eso, trabajar sólo el liderazgo de los mandos medios de producción es como hacer una fiesta en Villabajo y fregar los platos con un lavaplatos que no quita la grasa, cunde poco y no dura mucho tiempo.
Para que realmente el liderazgo de la cadena de mando se oriente hacia los objetivos y tenga éxito lo más efectivo es hacer una fiesta conjunta, Villabajo y Villarriba.
Y, además de trabajar en el liderazgo, es muy importante hacer una sesión de alineamiento para conseguir que “sean más empresa” y facilitar en entendimiento de su nuevo rol de gestión como mandos del área de producción.
Así lo trabajo con mis clientes.
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